Cuando hablamos de la España despoblada nos referimos a esas zonas rurales, sobre todo del interior del país, donde cada vez vive menos gente. Pueblos que hace unas décadas estaban llenos de vida hoy se encuentran con casas vacías, colegios cerrados y campos abandonados.
La causa es conocida: durante años, miles de personas se marcharon a las ciudades buscando trabajo, estudios o servicios que en sus pueblos no encontraban. Eso provocó un círculo difícil de romper: menos vecinos significa menos servicios, y menos servicios hacen que aún más gente se vaya.
Si pensamos en lugares concretos, el problema se ve claro en estas poblaciones de nuestra querida España:
- En Soria, con pueblos como Yanguas o Medinaceli, hay municipios que no superan los 50 habitantes.
- En Teruel, en comarcas como el Maestrazgo o la Sierra de Albarracín, localidades como Tronchón o Allepuz están al borde del abandono.
- En Guadalajara, la llamada “Serranía Celtibérica” —con pueblos como Majaelrayo o Checa— apenas conserva unos pocos vecinos.
- En Zamora, la zona de Aliste y Sayago sufre un envejecimiento extremo, con pueblos como Pobladura de Aliste o Fermoselle en riesgo de perder a casi toda su población.
Pero la buena noticia es que no todo está perdido y desde Soul Vibes Association luchamos para combatir la despoblación. Hay soluciones que ya se están aplicando y que podrían dar nueva vida a estos lugares:
- Mejorar la conexión digital
Hoy en día, tener internet rápido es tan importante como tener luz o agua. Si los pueblos cuentan con buena conexión, muchas personas podrían teletrabajar desde allí y elegir la tranquilidad del campo sin renunciar a su empleo. - Incentivar el emprendimiento rural
Los pueblos tienen un enorme potencial: turismo rural, productos locales, energías renovables, agricultura ecológica… Con ayudas y formación, muchos emprendedores podrían crear negocios sostenibles en estas zonas. - Servicios básicos garantizados
No se puede pedir a la gente que se quede si no hay médico, colegio o transporte público. Asegurar servicios mínimos es clave para fijar población y hacer que los pueblos sean habitables para todas las edades. - Atraer a nuevos pobladores
Algunos pueblos ya están ofreciendo viviendas baratas o incluso gratuitas para familias jóvenes. También se están impulsando proyectos de acogida de inmigrantes que quieran empezar una nueva vida en estas zonas. - Revalorizar lo rural
Hace falta cambiar la mirada. Vivir en un pueblo no debe ser visto como “lo que queda cuando no hay otra opción”, sino como una alternativa real y atractiva. Naturaleza, calidad de vida y comunidad son cosas que muchos buscan hoy y que el mundo rural tiene de sobra.
La España despoblada es uno de los grandes desafíos del país, pero también una oportunidad. Recuperar estos pueblos no es solo cuestión de nostalgia: significa cuidar de nuestra cultura, del territorio y de un modo de vida más sostenible. Quizás el futuro pase por volver a mirar hacia esos lugares que, aunque parezcan olvidados, todavía tienen mucho que ofrecer.